miércoles, 25 de febrero de 2009

Continuar con la vida


La semana pasada, mientras echaba un vistazo a un suplemento de un periódico, me encontré con una imagen que hizo que se me saltaran las lágrimas. Eran los restos de lo que había sido un feto humano; una manita, un brazo, una pierna. Lo que quedaba de un ser humano. Esa misma noche soñé que tenía una preciosa niña que corría feliz por un pequeño jardín que tenía en mi onírica casa.

Supongo que para cualquier mujer el aborto supone un antes y un después en su vida. Muchas han declarado que no han olvidado el olor de la clínica ni la frialdad con la que las trataron. Parece una herida que nunca cicatriza. Qué color de ojos hubiera tenido, le hubiese gustado los helados, qué palabra habría dicho primero. Todas esas preguntas sin respuesta quedan ancladas eternamente en los corazones heridos de estas mujeres que renuncian al acto más hermoso al que pueden asistir: el de dar vida.

Vivir es duro, y en estos tiempos lo es mucho. Pero es necesario comprender que hay que seguir adelante en cualquier situación difícil que se nos ponga por delante, de la misma manera que hay que entender que todo "proyecto de persona" tiene derecho a desarrollarse como tal. El feto de la imagen que vi podría ser el mejor amigo de tu hijo, el próximo premio Nobel de Medicina, o, simplemente, una niña que quiere reír feliz por un jardín de flores.

sábado, 21 de febrero de 2009

Crimen por castigo


Durante las últimas semanas, mi ciudad -Sevilla- ha estado (y está) conmocionada por la truculenta muerte de una joven llamada Marta; Marta es uno de mis nombres de mujer favoritos (aunque, desgraciadamente, ya siempre me recordará a esta tragedia). Todavía una no puede explicarse cómo suceden estos terribles actos que nunca debieron tener lugar. La razón es demasiado profunda y compleja. Un peligroso circo mediático parece que ha aterrizado sobre la habitualmente tranquila capital andaluza, haciendo que sus habitantes asistamos a una representación demasiado real del Otelo de Shakespeare o Crimen y castigo de Dostoievski.

Una chica con cara de niña atraída por el chico oscuro, maltratado por la vida, por ése que un día será su implacable verdugo. En toda cuestión de violencia, los implicados directamente sólo son una pieza más de un puzle gigante. Miguel, el joven de 20 años que acabó con la vida de Marta del Castillo a golpe de un cenicero, según lo contado a la Policía, es un hijo más de esas familias rotas que inducen a sus vástagos en el círculo maligno de los daños físicos y psicológicos. Y qué puede ofrecer una persona que no ha visto más que malos tratos sino esto mismo. No le podemos pedir peras a un olmo, dice un refrán popular. Y es cierto. La desgracia es que quiénes paguen esta frustración sean personas inocentes como Marta, una preciosa chica que tenía toda la vida por delante y a la que Sevilla nunca podrá olvidar.

La moraleja que saco de todo esto es que los padres deberían educar a sus hijos en el ambiente del amor, la confianza y la tranquilidad, pues el sembrador recoge lo que siembra. En esta sociedad tan adelantada lo que hace falta es, además del Nuevo Orden Mundial que nos enseñan en colegios y facultades, una Nueva Ética Mundial basada en el respeto y el cariño.

martes, 10 de febrero de 2009

Gaspard, desequilibrante elemento francés



Nariz afilada, ojos azules y rasgados, pelo liso y castaño, cicatriz marcada por un perro cuando era niño y estilo siempre impecable son su carta de presentación. Tiene tan sólo 24 años y es uno de los actores europeos con más proyección internacional (viene de Francia, donde nació el 25 de noviembre de 1984), aunque parece que eso de cruzar el charco no le interesa demasiado.

Gaspard Ulliel merece una especial atención porque no es sólo otra cara bonita de la gran pantalla. Estudió Cine en la Universidad de Saint Denis, y su primer papel importante fue como Yvan, amante de Emmanuelle Beart en la película Fugitivos, de André Techiné. Posteriormente destacaron sus trabajos en las películas Largo domingo de noviazgo, El último día o Paris je t`aime. Sin embargo, no fue hasta obtener el papel protagonista en la precuela Hannibal, el origen del mal, cuando empezó a ser más conocido. Entre sus últimos proyectos se encuentran el largometraje de suspense Inside Ring, junto a Jean Reno.

Dice que sueño es ser director de cine porque ama el séptimo arte, casi tanto como disfruta de las motos y de la buena comida. Su cara de chico malo, con cierto aire vampírico, contrasta con su educación, saber estar y gusto en el vestir. Exprime cada segundo que pasa como si fuera el último, como sólo saben hacer los nacidos bajo el signo Sagitario, mitad hombres, mitad caballos. Galopa con fuerza hacia el sol y nada ni nadie lo va a parar. Su juventud no es más que otra baza a su favor. Además, un buen día de estos mi amiga Fátima y yo nos plantaremos en la capital francesa dispuestas a realizarle su más sincera entrevista. Gaspard, je t`aime.

viernes, 6 de febrero de 2009

Ryan Gosling, talento oculto



Aunque últimamente anda más ocupado con la música que con el mundo de la interpretación, quiero dedicar este post a mi segundo actor actual favorito, el canadiense Ryan Gosling.

Nacido el 12 de noviembre de 1980 (sí, siento atracción por los hombres Escorpio) en el Londres de Canadá, durante su infancia alternó el colegio -donde fue un niño problemático- con su participación el Club de Mickey Mouse. Allí tuvo como compañeros de plató a Justin Timberlake, Christina Aguilera y Britney Spears. Sin embargo, no fue hasta la llegada de El diario de Noa cuando se convertiría en el ídolo romántico de las adolescentes, con un papel de joven inconformista que lucha por conquistar a la mujer de sus sueños. Además de ganarse a las adolescentes, Ryan comenzó una relación con su compañera de reparto, la guapa y también canadiense Rachel McAdams.

Pero Gosling ya había participado en otra película anteriormente en la que había llamado la atención de la crítica, El creyente, donde interpretaba a un chico de origen judío convertido en neonazi que mantiene una lucha con su fuero interno.

En el 2006 logró ser nominado al Oscar al mejor actor por su magnífica interpretación de un profesor de secundaria adicto al crack. Un año después fue nominado al Globo de Oro por su actuación en Lars y una chica de verdad, una fábula sobre la capacidad que tiene cualquier tipo de amor para la redención de una persona. Realmente, si merecía el primero, más merecía el segundo.

Mientras sale y entra con chicas atractivas de Los Angeles, se muestra cariñoso con su madre, su hermana y su perro George, Ryan tiene también tiene un restaurante marroquí en Beverly Hills, Tagine, y hace poco ha creado una banda indie-gótica con su amigo Zach Shields, Dead Man Bones; ya han lanzado su primer single, In the room where you sleep, que suena bastante bien.

Tiene pendientes de estreno algunos proyectos, como All Good Things. Aunque últimamente parece estar algo olvidado, este rubio nos volverá a sorprender en cualquier momento. Es cuestión de tiempo.